Filipenses 4:7 – “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”

En un mundo lleno de ansiedad, ruido y preocupación, la paz verdadera se ha vuelto un tesoro difícil de encontrar. Pero la Biblia nos revela que hay una paz que no depende de las circunstancias, ni del silencio exterior, ni de tener todo bajo control: es la paz de Dios.

Esta paz “sobrepasa todo entendimiento” porque no se basa en lógica humana. Es una paz que se manifiesta incluso en medio de tormentas, pérdidas, incertidumbres o diagnósticos difíciles. No es la ausencia de problemas, sino la presencia constante de Dios en medio de ellos.

Pablo, al escribir esta carta, estaba encarcelado. Y aun así, hablaba de paz. ¿Cómo es posible? Porque su mente y su corazón estaban anclados en Cristo. El término “guardará” en este versículo es militar. La paz de Dios es como un escudo que protege nuestros pensamientos y emociones de caer en el caos o la desesperación.


Reflexión:

¿Dónde estás buscando paz hoy? ¿En una solución humana, en un resultado favorable, en un escape emocional o en Dios mismo?

La paz de Dios no siempre cambia lo que ocurre a nuestro alrededor, pero siempre cambia lo que ocurre dentro de nosotros. Cuando eliges poner tu confianza en Jesús, Él toma el control de tu corazón y mente, llenándolos con una calma que no puedes explicar, pero sí experimentar.

Hoy, entrégale a Dios tus preocupaciones. No las minimices ni las ignores. Preséntalas ante Él, y permite que Su paz las sobrepase.


Oración:

🛐 Padre de paz, hoy te entrego mis ansiedades, mis temores y mis pensamientos inquietos. Tú conoces cada situación que me roba la calma. Dame la paz que solo Tú puedes dar, esa que va más allá de lo que puedo entender. Guarda mi corazón y mi mente en Cristo Jesús. Que aún en medio del caos, yo camine en quietud y confianza. En el nombre de Jesús, amén.

 

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