Confiar en Dios es uno de los mayores desafíos de la fe, especialmente cuando nuestra lógica, emociones o circunstancias nos empujan a depender de nosotros mismos. Sin embargo, este pasaje de Proverbios nos llama a rendirnos completamente: confiar con todo el corazón.
La confianza no se basa en entender todo, sino en reconocer que Dios sí lo entiende todo. Él ve el panorama completo. Nosotros solo vemos una parte. Confiar significa decir: “Dios, no entiendo lo que estás haciendo, pero sé que Tú eres bueno, y eso me basta”.
“No te apoyes en tu propia prudencia” es una advertencia contra la autosuficiencia. Nuestros razonamientos, aunque útiles, son limitados. Pero cuando elegimos reconocer a Dios en todas las áreas —trabajo, familia, decisiones, relaciones— Él promete enderezar nuestras sendas. Es decir, nos guiará por caminos de vida, propósito y verdad.
Reflexión:
¿Estás enfrentando decisiones donde no sabes qué hacer? ¿Te cuesta soltar el control y confiar en Dios plenamente?
La confianza no se construye en teoría, sino en la práctica. Cada vez que decides soltar tus planes para abrazar los de Dios, tu fe crece. No tienes que saberlo todo para seguir caminando. Solo necesitas saber quién va contigo: el Dios fiel que nunca falla.
Oración:
🛐 Señor, reconozco que muchas veces he confiado más en mí que en Ti. Hoy quiero rendirme completamente. Ayúdame a dejar de depender de mi entendimiento y a descansar en tu dirección. Enséñame a reconocerte en cada área de mi vida, sabiendo que Tú enderezarás mis caminos. Mi confianza está en Ti. En el nombre de Jesús, amén.